JUGADOR URUGUAYO ABDÓN PORTE


Abdón Porte (n. en el barrio Libertad, de la capital del departamento de DuraznoUruguay, en 1893 - † MontevideoUruguay5 de marzo de 1918) fue un futbolista uruguayo. Se desempeñaba en la posición de mediocampista defensivo.
"El Indio", tal era su apodo, fue múltiple campeón tanto en el plano nacional como internacional con el Club Nacional de Football y además campeón de la Copa América de 1917 con la selección uruguaya. Se suicidó el 5 de marzo de 1918 tras dispararse un tiro con arma de fuego en el círculo central del Estadio Gran Parque Central del Club Nacional de Football, en un hecho muy recordado por la afición deportiva de Uruguay.

Llegó en 1908 a Montevideo desde el departamento de Durazno, logrando comenzar su carrera deportiva en la capital de Uruguay, en el equipo de Colón Fútbol Club, para luego pasar al extinto club Libertad. De allí emigró al Club Nacional de Football, donde debutó el 12 de marzo de 1911​ en la posición de lateral derecho frente al club Dublin. Jugó su último partido contra el Charley con victoria por 3:1 para Nacional el día anterior a quitarse la vida.
En Nacional, Porte fue titular indiscutido, portador de la cinta de capitán, defendiendo la camiseta tricolor. Se caracterizaba como un jugador aguerrido y de gran temperamento, de buen juego aéreo y con grandes dotes de marca y de colaboración en las tareas defensivas y de recuperación. Jugó 207 partidos con Nacional y obtuvo diecinueve títulos a nivel local e internacional.​
Xosé de Enríquez, en su libro Hacia el campo van los albos, escribía sobre El Indio:​
«...era un lungo rústico, flaco, 'morochón y peloduro' que procedía del 2, de Libertad, si bien había sido Colón el Club que lo trajo a la Capital...»
—Xosé de Enríquez
Por su parte Luis Scapinachis en el libro Gambeteando frente al gol: Anécdotas y relatos deportivos, contaba:56
«Era un típico hombre defensivo de estilo combativo; tenaz 'centre-half' de un período brillante del fútbol oriental. Abdón Porte era notable, con virtudes y cualidades extraordinarias, defensivas y de colaboración, bien conocidas y recordadas por mucho tiempo, por los aficionados de antaño. Era un muchachón bueno, 'amigo de los amigos'; gauchazo para hacer bien. Manso en la cancha aunque lo 'rompieran' a patadas.»
—Luis Scapinachis

Suicidio

A comienzos de 1918 y en vista a la temporada que comenzaba, la Comisión Directiva del club decidió colocar en su posición al jugador Alfredo Zibechi lo que implicaba que Porte perdía su titularidad en el conjunto tricolor (vale recordar que en aquellas épocas no era común que los clubes contaran con Director Técnico y cuando tenían uno, la importancia y el peso de estos dentro de los clubes eran secundarios). La decisión de la Comisión Deportiva se basaba en que Porte había declinado en su rendimiento. Esto fue algo que el ídolo del club no pudo asimilar.
El 4 de marzo Nacional disputó un encuentro frente al CharleyNacional ganó por 3 goles a 1 y Porte jugó todo el encuentro con una muy buena actuación. Como se acostumbraba, por la noche dirigentes y jugadores se reunieron en la sede del club en el centro de Montevideo, para un pequeño festejo. A la una de la madrugada del 5 de marzo de 1918 Abdón Porte dejó la fiesta y se subió a un tranvía que lo dejó a las puertas del Gran Parque Central, se dirigió al centro de la cancha que él y sus compañeros habían reinaugurado en 1911 (tras un gran incendio que sufriese el escenario) y donde se había consagrado como un verdadero ídolo de Nacional y del fútbol uruguayo, para acabar con su existencia. Tenía tan sólo 24 o 25 años y su casamiento con su novia estaba previsto para el día 3 de abril.
Pocas horas después, en la gélida mañana de aquel 5 de marzo el perrito del canchero del club encontró el cuerpo inerte de Porte. El can llevó casi a rastras a su dueño, Severino "el Indio" Castillo, al círculo central de la cancha​ donde yacía el cuerpo del mediocampista con sangre en el lado izquierdo de su camisa, el revólver con el que se disparó en el corazón y dos cartas dentro de un sombrero de paja: una dirigida al presidente de Nacional y otra a un pariente.​
En la primera misiva, Porte se dirigió a José María Delgado en los siguientes términos:​
«Querido Doctor José María Delgado. Le pido a usted y demás compañeros de Comisión que hagan por mí como yo hice por ustedes: hagan por mi familia y por mi querida madre. Adiós querido amigo de la vida.»
—Abdón Porte
Además, debajo se su firma recordó a su querido Nacional:
«Nacional aunque en polvo convertido / y en polvo siempre amante. / No olvidaré un instante / lo mucho que te he querido. / Adiós para siempre.»
Como también de los hermanos Céspedes, históricas leyendas del club que habían fallecido trece años atrás víctima de la viruela:
«En el Cementerio de la Teja con Bolívar y Carlitos.»
Todo Uruguay fue conmovido con la noticia del suicidio de Porte. Sus compañeros llevaron flores, custodiaron el féretro durante todo el velatorio, firmaron un pésame colectivo para entregárselo a sus deudos y llevaron las fajas de la carroza fúnebre antes de dejarlo en el Cementerio de La Teja, junto a los hermanos Céspedes. Eusebio Céspedes, el padre de Bolívar y Carlos, hizo posible su entierro junto a sus amigos.​
El Montevideo Wanderers ofreció jugar un encuentro a beneficio de los deudos y pidió que ese día no se jugara ningún encuentro, Peñarol y el Charley mandaron coronas, y las instituciones de la liga se solidarizaron con Nacional.​
Numa Pesquera, un dirigente del club, reflexionó: «Nacional era su ideal, lo amaba como el creyente a su fe, como el patriota a su bandera».​

Homenajes y repercusiones literarias[editar]

Este acontecimiento fue la inspiración del escritor uruguayo Horacio Quiroga para escribir el cuento corto que llamó «Juan Polti», publicado en 1918 en la Revista Atlántida de Buenos AiresArgentina.​ Además, es recogido por otro escritor oriental, Eduardo Galeano en su libro «El fútbol a sol y sombra», bajo el título de «Muerte en la cancha».
Diego Lucero, periodista uruguayo publicó años después un artículo sobre los acontecimientos:
«Después del partido ante Charley, para la temporada de 1918, la directiva de Nacional decidió correr a Alfredo Zibechi al centro. Porte era reemplazado. Sería un suplente, un hombre de reserva. No pudo soportar el golpe: escribió una carta, marchó al Parque Central y en la vieja cancha en la que tanto brillara, la que fuera teatro de sus máximas proezas, en su puesto, puso fin a su vida (...) Cinco días después Nacional disputó un partido con Wanderers a beneficio de la familia de Porte. Asistimos a ese cotejo en que flotó el recuerdo del “Indio”. Cuando los ojos distraídos dirigían sus miradas hacia el medio eje albo... buscaban a Porte. Allí lo habíamos visto muchas veces; allí se había dormido, allí fue. Acaso la vieja torre del molino sigue mirando hacia allí».
—Diego Lucero.7
Luis Scapinachis, exjugador de fútbol y amigo de Porte sentenció:
«¿Por qué se mató? Porque anidaba en su corazón y en todo su ser el deseo de vestir siempre la tricolor, y cuando empezaron a flaquearle las piernas cargadas de victoria, ante la cruel perspectiva de ser eliminado del conjunto, optó por eliminarse.»
—Luis Scapinachis.​
Nacional denominó Abdón Porte a la tribuna oeste del Gran Parque Central.​ En los partidos jugados en el Gran Parque Central se puede ver en su tribuna una bandera que reza «Por la sangre de Abdón» y se puede presenciar el rostro del ídolo. Además se puede ver en la bandera gigante hecha con la contribución de los hinchas.​ El 5 de marzo de 2008 el Correo Uruguayo emitió un sello en su honor.​ El 18 de agosto de 2013 la hinchada de Nacional realizó un mosaico en la tribuna Atilio García en la que se veía el rostro de Abdón Porte.​

Selección nacional[editar]

En 1917 estuvo en el plantel que ganó la Copa América en Uruguay.​

Participaciones en Copa América

CopaSedeResultado
Copa América 1917Flag of Uruguay.svg UruguayCampeón

Clubes

ClubPaísAño
ColónFlag of Uruguay.svg Uruguay1910
LibertadFlag of Uruguay.svg Uruguay1911
NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1911-1918

Palmarés

Campeonatos nacionales

TítuloClubPaísAño
Copa CompetenciaNacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1912
Primera División de UruguayNacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1912
Copa Competencia (2)NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1913
Copa de HonorNacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1913
Copa Competencia (3)NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1914
Copa de Honor (2)NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1914
Copa Competencia (4)NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1915
Primera División de Uruguay (2)NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1915
Copa de Honor (3)NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1915
Primera División de Uruguay (3)NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1916
Copa de Honor (4)NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1916
Primera División de Uruguay (4)NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1917
Copa de Honor (5)NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1917

Copas internacionales

TítuloClubPaísAño
Copa Competencia Chevallier BoutellNacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1913
Copa Competencia Chevallier Boutell (2)NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1915
Copa de Honor CousenierNacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1915
Copa de Honor Cousenier (2)NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1916
Copa AldaoNacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1916
Copa de Honor Cousenier (3)NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1917
Copa AméricaSelección de fútbol de Uruguay1917

Abdón Porte fue bicampeón Sudamericano 1917
Cien años de la primera leyenda de Nacional: la muerte de Abdón Porte
El episodio de su deceso conmovió en su momento al fútbol, inspiró un cuento de Horacio Quiroga y presentó un amor por los colores que fue más allá de la tumba.

El lunes 4 de marzo de 1918, hace ahora cien años, Abdón Porte concurrió a la sede de Nacional, entonces en el centro, para celebrar el triunfo del domingo anterior sobre Charley por 5 a 1. Alrededor de la una de la mañana del martes tomó un tranvía del recorrido 52 en la esquina de 18 de Julio y Convención. Se bajó al llegar al Parque Central, entró a la cancha y se dirigió al círculo central. Un disparo quebró el silencio de la madrugada, pero nadie le dio importancia en ese momento.

La mañana siguiente, un peón del Montevideo Lawn Tennis -que administraba las canchas de ese deporte del Parque Central-vio un cuerpo en el centro del campo y avisó a la policía y al presidente de Nacional, José María Delgado (otra versión dice que el hallazgo fue de Severino Castillo, el canchero del estadio tricolor).

Esta reconstrucción de los últimos momentos de Porte fue realizada por el diario El Día del 6 de marzo de 1918 (El País todavía no había sido fundado). El periódico se hizo eco de la pregunta de todos: ¿por qué?

La primera versión fue que el futbolista sufría dificultades financieras. Poco tiempo antes había renunciado a su empleo en la droguería del Rey, ante la promesa de otro mejor pagado que no se cumplió. Los jugadores eran entonces aficionados que generalmente dependían de otro oficio para vivir. Pero la posibilidad fue descartada pues él nunca comentó nada a sus compañeros. Además, estaba previsto que se casara el siguiente 3 de abril.

Algún familiar comentó que un año antes, Abdón le había dicho: “El día que no le pegue, me pego un tiro en el Parque Central”. La expresión fue tomada entonces como una broma.

Junto al cuerpo se encontraron dos cartas. Una dirigida al presidente del club y la otra a su familia. Según la prensa de la época, en ninguna explicaba las razones de su trágica decisión. Pero en cada línea quedaba claro su incondicional, desaforado amor por Nacional. En la primera, pedía que su cuerpo fuera enterrado junto a los hermanos Carlos y Bolívar Céspedes, fallecidos de viruela en 1905 cuando eran figuras, otra desgracia que había golpeado a la institución.

“Usted sabe por qué hago esto. ¡Viva el Club Nacional! Que siempre esté adelante, el club para nosotros anhelo. Yo doy mi sangre por todos mis compañeros, ahora y siempre el club gigante. ¡Viva el Club Nacional!”, decía Porte en su nota a Delgado. Y agregaba: “Nacional, aunque en polvo convertido y en polvo siempre amante, no olvidaré un instante lo mucho que te he querido. Adiós para siempre”.
En mayo de 1918, es decir, dos meses más tarde, el escritor salteño Horacio Quiroga publicó en la revista bonaerense Atlántida un cuento titulado Juan Polti, half-back, en el cual un jugador se quita la vida ante la pérdida de su puesto en el equipo. “Cuando un muchacho llega, por a o b, y sin previo entrenamiento, a gustar de ese fuerte alcohol de varones que es la gloria, pierde la cabeza irremisiblemente. Es un paraíso demasiado artificial para su joven corazón. A veces pierde algo más, que después se encuentra en la lista de defunciones”, escribía Quiroga.

El cuento alentó la leyenda del futbolista-hincha que no soporta la idea de perder su puesto. La misma teoría sostuvo después el periodista Luis Scapinachis, quien conoció a Abdón. Según se relató, Nacional había traído aquel año 18 a Alfredo Zibechi de Wanderers para cubrir el puesto de centrehalf, el mismo de Porte, ya que este se encontraba en decadencia.

Sin embargo, los hechos desmentían esa declinación. Porte tenía 25 años en el momento de su muerte. Había llegado a Nacional en 1911, proveniente de Colón y Libertad. Después de un tiempo en la zaga, se afirmó en el centro del campo. Desde allí fue pieza clave en el tricampeonato logrado por los albos entre 1915 y 1917, que le valió la primera Copa Uruguaya en propiedad. Además, disputó 39 clásicos consecutivos. Y en 1917 integró el plantel uruguayo que ganó el Sudamericano en Montevideo.

El fútbol no es un deporte cualquiera, encierra pasiones sin explicación, más trascendentes que los resultados del domingo. Ese es el fundamento de las adhesiones que despierta en todo el mundo. Un siglo después, ya nadie puede saber la verdadera razón del suicidio de Abdón. Lo que trascendió al tiempo es un amor a los colores que fue más allá de la tumba. Si en verdad temía perder el puesto, no imaginó que en realidad nunca iba a salir de Nacional. Se convirtió de inmediato en la primera gran leyenda del club. Y hoy sigue en el Parque Central, con su nombre identificando una tribuna y una bandera de la hinchada.

El 6 de marzo de 1918, los restos de Porte fueron velados en la sede de Nacional. Concurrió tanta gente que la policía tuvo que desplegarse para asegurar la entrada. Luego, el cortejo fúnebre se dirigió al Cementerio Central. Lo acompañaron sus amigos de Nacional, así como futbolistas del resto de los equipos montevideanos. El cuerpo quedó en depósito en esa necrópolis y al día siguiente fue trasladado a La Teja, a la tumba de los hermanos Céspedes, como había expresado en su última voluntad.

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